sábado, 11 de abril de 2009

25 años de prisión para violador de derechos humanos, Alberto Fujimori


El ex presidente Alberto Fujimori recibió ayer la pena más dura que permite el Código Penal de Perú, 25 años de cárcel, por delitos de violación de los derechos humanos, en una sentencia considerada histórica. La noticia dió la vuelta al mundo.

Fujimori entro a la sala con una tranquilidad aparente pero que si lugar a dudas era una bombas de tiempo, puesto que la situación era casi incontrolable. El ex mandatario escuchó la lectura de la sentencia con su habitual semblante imperturbable y de inmediato se acercó a consultar a su abogado defensor, César Nakazaki, para anunciar que interponía un recurso de nulidad, que fue aceptado por la sala especial que lo juzga.

El ex Presidente, de 70 años, fue hallado culpable de los delitos de homicidio calificado y asesinato con alevosía y lesiones graves en las matanzas de Barrios Altos, en 1991, y La Cantuta, en 1992, cometidas por un escuadrón del ejército conocido como el Grupo Colina, y del secuestro de un empresario y un periodista. El incidente de Barrios Altos dejó 15 muertos y el de la Universidad La Cantuta, diez.

Con la sentencia de ayer, el ex presidente peruano se convirtió en el primer ex Jefe de Estado latinoamericano elegido en las urnas que recibe una condena por violación a derechos humanos. Fujimori ya cumplía una pena de seis años de cárcel por allanamiento a la casa de la esposa de Vladimiro Montesinos.

Durante sus alegatos, el viernes 3 de abril, negó haber ordenado matanzas y violaciones a los derechos humanos durante su gestión. “Cómo iba a ordenar el asesinato de esos profesores y estudiantes, supuestamente para vengar el atentado de Tarata, si hubiera sido mejor detenerlos”. Además, el ex gobernante argumentó que fue “el único” que se enfrentó al terrorismo.



Familiares de víctimas y organizaciones de derechos humanos celebran condena de Alberto Fujimori


La felicidad y el regocijo de familiares de víctimas de los asesinatos en la Cantuta y Barrios Altos es inminente. El hecho de saber que el ex mandatario, Alberto Fujimori, por fin pasará muchos años tras las rejas ha causado en ellos una gran motivación para celebrar.

En Ayacucho, las organizaciones Paz y Esperanza, Asociación para el Desarrollo Humano Runamasinchiqpaq, Asociación Servicios Educativos Rurales y familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos celebraron la sentencia.

"Por fin se ha hecho justicia en el Perú"; dice Javier Zuñiga, asesor especial de Amnistía Internacional, quien siguió de cerca el juicio en Lima. "Éste es un día histórico. No todos los días vemos a un ex jefe de Estado siendo condenado por violaciones a los derechos humanos como tortura, secuestro y desaparición forzada".

Asimismo, los miembros de La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Chile (AFDD) sonrieron al recibir la noticia. La vocera del organismo de Derechos Humanos, Mireya García, expresó que una condena de esta naturaleza demuestra que cuando la justicia tiene conciencia es posible sancionar crímenes tan graves como lo ocurrido.

Contrastando un poco el hecho de la tranquilidad generada ante dicha buena nueva para grupos defensores de los derechos humanos , se produjo un momento bastante tenso cuando medio centenar de miembros de la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP) intentó acercarse a la Diroes por la misma calle en la que se encontraban congregados los fujimoristas.


Fujimoristas protestan en las calles contra sentencia dictada contra ex mandatario


Los simpatizantes al partido fujimorista, indignados ante la sentencia dictada contra el ex mandatario, salen a las calles para defender la dignidad de su líder y claman por justicia.

Apenas vieron la sentencia en una pantalla de televisión colocada a las afueras de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes), donde se celebró el juicio, medio millar de fujimoristas gritaron: "¡Poder Judicial, vergüenza nacional!". Sillas de plástico y desperdicios fueron arrojados a los periodistas en un momento de tensión donde la masa gritaba: "Prensa amarilla, cuenta la verdad".

La multitud furibunda alzaba las banderolas anaranjadas con la imagen impregnada del condenado a prisión. Los policias trataban de calmar a la muchedumbre que cada vez más atizaba, bajo un sol agobiante, con una frase: "¡que el pueblo juzgue, carajo!" ,"¡A las calles, a las calles!". Mujeres de mediana edad lloraban desconsoladas y prometían, estentóreamente, que iban a sacar al chino a como de lugar.

Acompañada de su hermano menor Kenyi y su esposo Mark, Keiko llamó a sus adeptos a salir a protestar a las calles, aunque de manera pacífica "para demostrarle al Perú y al mundo esta absurda condena contra Alberto Fujimori", un llamamiento al que la multitud respondió al unísono: "¡A las calles, a las calles!".

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